300 g de espinaca
200 g de ricota
Sal y pimienta, a gusto
Nuez moscada, a gusto
80 g de queso parmesano
2 yemas
1 masa básica al huevo
Aceite de oliva, a gusto
Queso parmesano rallado, para espolvorear
Hojas de salvia, a gusto
300 g de espinaca
200 g de ricota
Sal y pimienta, a gusto
Nuez moscada, a gusto
80 g de queso parmesano
2 yemas
1 masa básica al huevo
Aceite de oliva, a gusto
Queso parmesano rallado, para espolvorear
Hojas de salvia, a gusto
300 g de espinaca
200 g de ricota
Sal y pimienta, a gusto
Nuez moscada, a gusto
80 g de queso parmesano
2 yemas
1 masa básica al huevo
Aceite de oliva, a gusto
Queso parmesano rallado, para espolvorear
Hojas de salvia, a gusto
Para el relleno, picar las espinacas pasadas por agua hirviendo y escurridas y mezclar en un bol con el requesón. Condimentar con sal, pimienta y nuez moscada. Agregar el queso parmesano rallado y las yemas.
Estirar la masa al huevo de manera que quede muy delgada y cortar 2 planchas de 50 x 30 cm. Marcar con una regla o con el rodillo marcador una cuadrícula de cuadrados de 5 cm de lado en una de las planchas.
Hacer pequeñas bolitas con el relleno y distribuir al centro de cada uno de los cuadrados marcados
Enrollar la segunda plancha sobre el rodillo y desenrollar sobre la primera. Presionar con los dedos alrededor del relleno para conseguir un buen cierre en los extremos.
Cortar cuadrados de 5 cm de lado con una rueda ondulada. Colocar los ravioles resultantes sobre un lienzo espolvoreado con harina.
Cocer la pasta en abundante agua hirviendo con sal, durante 4 o 5 minutos. Retirar con una espumadera. Servir rociados con aceite de oliva, queso parmesano rallado y hojas de salvia.