4 chuletas gruesas de cerdo
60 g (1/4 de taza) de tomates secos
60 g de rúcula
Orégano, a gusto
Sal, a gusto
1 cucharada de aceite de oliva
50 g de mantequilla
3 cucharadas de aceto balsámico
1 cucharadita de azúcar morena
4 chuletas gruesas de cerdo
60 g (1/4 de taza) de tomates secos
60 g de rúcula
Orégano, a gusto
Sal, a gusto
1 cucharada de aceite de oliva
50 g de mantequilla
3 cucharadas de aceto balsámico
1 cucharadita de azúcar morena
4 chuletas gruesas de cerdo
60 g (1/4 de taza) de tomates secos
60 g de rúcula
Orégano, a gusto
Sal, a gusto
1 cucharada de aceite de oliva
50 g de mantequilla
3 cucharadas de aceto balsámico
1 cucharadita de azúcar morena
Introducir un cuchillo en la parte grasa de cada chuleta y cortar horizontalmente, casi hasta llegar al hueso.
Hidratar los tomates secos en agua hirviendo y escurrir. Cortarlos en mitades.
Colocarlos en un bol junto con las hojas de rúcula limpias. Condimentar con orégano, sal, aceite de oliva y mezclar bien.
Rellenar el interior de cada costilla con la preparación de tomates secos y unir bien los bordes para cerrar. Eventualmente ocupe mondadientes para el cierre.
Sellar las chuletas de ambos lados en una sartén con mantequilla y aceite
Agregar el aceto balsámico, cocer 2 minutos de un lado y al dar vuelta espolvorear con el azúcar morena. Cocer 2 minutos más y servir.